La organización del Día de Internet Seguro, cada año en febrero, muchas veces coincide con el lanzamiento de estudios sobre el uso que hacen los niños y los jóvenes de Internet. 2015 no fue una excepción. Escuché varias contribuciones pertinentes y útiles, dirigidas a profesionales, profesores y padres, a tomar en consideración y sobre las cuales reflexionar.
Un sueño reparador es crucial
De particular interés en los medios de comunicación es el problema de la privación del sueño entre los adolescentes. Esto es en parte, debido al creciente uso de dispositivos electrónicos antes de ir a dormir. Un estudio de la Universidad de Harvard publicado en diciembre de 2014 investigó el impacto que “el uso de los dispositivos electrónicos que emiten luz antes de irse a dormir tenía en la lectura, la comunicación y el entretenimiento”. El estudio reveló que dicho uso altera gravemente el sueño y el ritmo “circadiano” (lo que conocemos como reloj biológico) que regula los ritmos biológicos en un período de 24 horas y puede tener impactos adversos sobre la salud, la seguridad y el rendimiento. Así que la privación del sueño relacionada con el uso de dispositivos antes de ir a dormir es sin duda algo preocupante para los padres y un problema al que estoy segura muchos profesores se tienen que enfrentar diariamente. El Dr. Richard Graham, psiquiatra infantil y adolescente que trata a niños con este tipo de problemas, lleva el tema aún más lejos sugiriendo que el cansancio y la irritabilidad, y la falta de concentración con el tiempo pueden también servir de sustento para algunos de los aspectos más tóxicos de la vida en línea tales como el ciberacoso.
El uso de tabletas y móviles es cada vez mayor
Además de este estudio sobre el sueño, otra investigación conducida por la OFCOM sobre los cambios en el consumo de los medios por parte de los niños en el Reino Unido reveló un aumento considerable en el uso de tabletas en el hogar, especialmente por parte de niños pequeños. De hecho, ha habido un aumento del 20% en niños y jóvenes de 5 a 15 años de edad, mientras que cuatro de cada diez niños de entre 3 y 4 años ahora utilizan tabletas. Estas estadísticas destacan el rápido ritmo en el que aumenta el uso de estos pequeños dispositivos por parte de niños y sugieren una necesidad aún mayor de gestión y participación parental en el uso digital por parte de niños.
En cuanto a los adolescentes, la importancia de los dispositivos móviles ha observado un gran aumento en la posesión de smartphones a la edad de 13 años. Cuatro de cada diez niños de 12 años poseen un smartphone, mientras que la cifra salta a siete de cada diez cuando se trata de niños de 13 años. Pero a pesar de estos cambios, los portátiles y los netbooks siguen siendo los dispositivos más populares entre niños de 5 a 15 años de edad. Curiosamente, los investigadores identificaron el punto de inflexión, en cuanto a la influencia de los dispositivos en el consumo de medios, en la posesión del primer smartphone, y la tableta se ha convertido en el dispositivo de “precalentamiento” o de entrenamiento para poseer un smartphone.
Redes sociales: Facebook sigue siendo el rey
En cuanto al uso de las redes sociales el estudio de la Ofcom afirmó que siete de cada diez niños de entre 12 y 15 años, acceden a Internet y tienen un perfil en algunas redes sociales y Facebook sigue siendo la red social dominante, tanto en su formato web como la aplicación móvil, entre este grupo de adolescentes. El uso de Instagram se ha duplicado desde el 2013, pasando a un 36%. Una minoría significativa de niños de entre 12 y 15 años tienen un perfil en otras redes sociales, sitios o aplicaciones que utilizan mensajes con fotos y vídeos como SnapChat. En contraste entre los adolescentes de entre 12 y 15 años que tienen un perfil en las redes sociales, los chicos son más propensos que las chicas a tener una cuenta en YouTube (un 29% frente a un 15%), mientras que las chicas tienden más a tener un perfil en tres sitios o aplicaciones diferentes en relación a los chicos, entre los que se incluyen Instagram (un 42% frente a un 30%), SnapChat (un 33% frente a un 20%) y Tumblr (un 11% frente a un 3%).
El estudio de la Ofcom puso de manifiesto las diferencias de género en cuanto al uso de las redes sociales, en el que las niñas de entre 12 y 15 años tienden a tener más inquietudes y aversión hacia las redes sociales (un 73% frente a un 52%), que se relacionan específicamente con el acoso, con el hecho de pasar demasiado tiempo en estos sitios o aplicaciones y con el comportamiento irreflexivo e hiriente de algunos amigos.
Chicos, chicas y juegos
En contraste, la preferencia de los niños por los videojuegos se hace patente desde una edad muy temprana, tres de cada diez (un 30%) de niños de entre 3 y 4 años utilizan una dispositivo de juegos portátil, comparado con dos de cada diez (un 21%) de niñas de la misma edad, mientras que en los niños de entre 5 y 7 años de edad hay el doble de probabilidades, comparado con las niñas, que utilicen una consola de videojuegos (un 29% frente a un 17%) y la diferencia de género aumenta con la edad: un 52% frente a un 19% para los niños de entre 12 y 15 años.
Ser padres en la era digital: obtener el equilibrio necesario para una resistencia digital óptima
Todo esto tiene importancia en el cambiante panorama del consumo y la adopción de medios digitales por parte de niños y jóvenes y los desafíos que representan para la educación de los hijos. Sería comprensible que los padres se sintieran abrumados por todo esto y se sientan tentados a supervisar y controlar el uso que sus hijos hacen de los medios sociales las 24 horas del día para evitar el cansancio, la irritación y el enfado con el que se despiertan los niños y adolescentes, y puedan enfrentarse mejor al día que tienen por delante. Pero otras investigaciones del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford y la organización británica de educación parental ParentZone sugieren que la promoción y el apoyo para una resistencia digital y la capacidad de autoregular su uso de Internet y de las redes sociales es más importante que intentar controlar y supervisar el consumo que los adolescentes hacen de los medios digitales. Estos estudios sugieren que la clave está en centrarse en enseñar a los jóvenes a tener una vida independiente, y que las estrategias de prohibición y control del uso de Internet pueden afectar en el bienestar a largo plazo del adolescente. Su sugerencia es que los padres deberían tener un enfoque favorable y comprensivo, donde los niños sientan el amor y el apoyo incondicional, y en el cual los padres se impliquen en sus vidas respetando sus decisiones y opiniones. Los niños y adolescentes que se benefician de este enfoque son más propensos a ser más resistentes en línea y a poder disfrutar de las oportunidades positivas que Internet y las redes sociales ofrecen. Sin embargo, seguimos teniendo mucho que aprender de los diferentes tipos de niños vulnerables y cómo podemos incentivar mejor su resistencia.
Conclusión
Todos estos estudios demuestran que ser padres en la era digital es una tarea difícil y desafiante, tanto como afrontar cualquier otra cuestión relacionada con educar a nuestros hijos. Es evidente que los niños que crecen en un entorno abierto y afectuoso se comportan correctamente, y esta quizás es la mejor estrategia proactiva para los padres. Para los niños más pequeños, con el creciente aumento del uso de dispositivos digitales, el énfasis se centra más que nunca en poner límites claros en cuanto a su uso digital. Por ejemplo, restringir el tiempo de utilización de dispositivos digitales conectados a Internet o no, y no permitir pequeños dispositivos electrónicos en su dormitorio. Y si las cosas se nos van de las manos, una desintoxicación digital seguirá siendo una medida clave. Esto ayudará a ponerlo todo en perspectiva cuando un niño se sumerge en las tecnologías y se muestra irritable y excesivamente enfadado si usted intenta limitar su uso. Los padres deben tomar estas medidas para ayudar a que sus hijos tengan una vida activa y equilibrada en la que el consumo de medios digitales sea una parte de su experiencia pero no toda.
Con los adolescentes, como siempre será más difícil porque se encuentran en esa fase en la que luchan por su independencia y reivindican su necesidad de privacidad, y se lanzan en formar nuevas relaciones. En este caso el enfoque que los padres deberían tomar en cuanto a su uso digital se centrará en la negociación basada en la confianza mutua, y en el conocimiento que los padres tienen de sus hijos, sus personalidades y sus límites.
Como adulto es esencial reflexionar sobre nuestro propio comportamiento en cuanto al uso de medios digitales. Puede haber un problema, si, como yo, usted revisa su iPhone con demasiada frecuencia o si siente la necesidad de contestar de inmediato cuando este le manda una notificación de cualquier tipo. Esto es importante porque la manera en que se comportan los padres y las normas que fijan para sus hijos, como todos los aspectos de la educación incluso en un mundo digital, siguen siendo primordiales en la conformación de las vidas de sus hijos.
Annie Mullins OBE