Criar a niños digitales: 10 consejos para mejorar las relaciones entre padres e hijos adolescentes.

por Annie Fox, M.Ed. autora de Teaching Kids to Be Good People (Enseñando a los niños a ser buenas personas). http://AnnieFox.com

Te das cuenta de que tu hijo o hija se ha convertido en un/a adolescente (un humano semidesarrollado) cuando él o ella:

  • Muestra una postura con respecto a ciertos asuntos que antes no le importaban.
  • Se niega a hacer lo que le pides.
  • Acepta hacerlo y luego lo «olvida» (in)voluntariamente.
  • Niega haber acordado nunca hacer nada.
  • Dice «No lo entiendes» al menos dos veces al día.
  • Te insulta por lo bajo.
  • Se burla de ti en tu propia cara.
  • No contesta a tus mensajes de texto y luego jura que nunca recibió tu mensaje.
  • Da portazos, grita, ruge y llora con frecuencia.
  • No es muy divertido convivir con él o ella.

Los expertos suelen decirles a los padres de adolescentes: «No te tomes las palabras tu hijo/a como algo personal». Un consejo excelente, pero ¿realista? No mucho. Nosotros queremos un abrazo, ellos quieren romper con nosotros. Intenta no tomarte eso como algo personal.

Entonces, ¿qué opciones tenemos? A) Seguir peleando para que cambien. B) Cambiar tú y darle a tu hijo/a adolescente espacio para convertirse en un ser más humano. PISTA: la respuesta sensata es la B.

A continuación, encontrarás 10 maneras para mejorar tu relación paterno-adolescente empezando desde hoy mismo:

  1. Recuerda que tú eres el padre.

Tu trabajo es preparar a tu hijo/a para que se convierta en un adulto independiente y plenamente capaz. Ser un mentor perspicaz y comprensivo es mucho más importante que ser el/la amigo/a de tu hijo/a. Ellos no necesitan tu amistad, de todos modos. Lo que necesitan es un/a guía moral.

  1. Mantén la calma durante los vientos de cambio.

No resuelves nada cuando el estrés es tal que no te deja ni pensar. Si no puedes responder racionalmente a algo que tu hijo/a ha hecho, entonces es mejor que te des un respiro hasta que puedas.

  1. Habla menos y escucha más.

Igual que nosotros, humanos completamente desarrollados, los adolescentes quieren que los escuchen con respeto. Sé siempre una persona disponible y «segura» a la que tu hijo/a pueda recurrir para hablar. Esto no quiere decir que tengas que aceptar o estar de acuerdo con todo, pero al dejar que tu hijo/a hable abiertamente (sin interrumpirle), le estás dando una oportunidad de escuchar sus propios pensamientos e ideas expresadas en voz alta. También se convierte en una ventana para observar sus puntos fuertes y sus limitaciones a la hora de resolver problemas. Puedes usarla para ayudarles.

  1. Respeta los límites.

A menudo es difícil para los padres conceder a sus hijos cada vez más privacidad y autonomía. Pero para que puedan desarrollar un buen juicio, necesitan tener más de una oportunidad  para equivocarse y aprender de sus propios errores. Anime ese aprendizaje.

  1. Siempre están observando. 

Quieres que tu hijo/a se convierta en una persona fiable, responsable, honesta, mentalmente fuerte y con buen corazón. Asegúrate de vivir estos principios en tu propia vida. Y mientras estás en ello, háblales de tu camino mientras lo estás andando.

  1. Expresa claramente tus expectativas.

Si tus hijos saben cuáles son tus valores fundamentales, han crecido conociendo las normas de la familia y son conscientes de las consecuencias que acarrea romperlas, será más probable que tomen las decisiones más correctas tanto online como en su propia vida.

  1. Descubre a tu hijo/a haciendo algo correcto.

La seguridad en sí mismos se tambalea constantemente en los adolescentes. Cuando no se menosprecian ellos mismos, sus compañeros lo hacen por ellos. No añadas tu propia voz al coro de la negatividad. Busca activamente las cosas que tu hijo haga bien. Tus elogios te ayudarán a ver algo más que sus defectos. Esto también aumentará su sensación de ser una persona competente.

  1. Sé realista.

Los padres no siempre lo saben todo. Admite tu propia confusión y tus propios errores. Pide disculpas cuando sea apropiado. Muéstrale a tu hijo/a que tú también, como ellos, eres un «proyecto en curso». Esto es todo lo que podemos esperar de nosotros mismos y de los demás… progreso, no perfección.

  1. Programa momentos de desconexión regulares para disfrutar de ser una familia.

Cocinar, comer, caminar, ir en bici, jugar a los bolos… cualquier cosa. Lo importante es relajarse juntos sin obstáculos entre medio; eso es un regalo con beneficios duraderos.

  1. ¡Alegra esa cara!

El humor es un eficaz antidepresivo. Recuerda: ¡nadie es adolescente (o padre/madre de uno) para siempre!